UN PRESIDENTE CON ANÉCDOTA 

Esteban Terradas, primer Presidente de ENDESA, ha sido uno de los cerebros más extraordinarios en el mundo científico de la primera mitad del siglo XX, no sólo en España, sino a nivel internacional.  El calificativo de sabio es muy acertado por su valía en el campo científico (tenía varias titulaciones) y también en humanidades. Entre otras cosas pertenecía y trabajaba para la Real Academia de la Lengua. Por supuesto era Académico en otras instituciones.

Fue Presidente desde la constitución de ENDESA el 18 de noviembre de 1944, hasta su fallecimiento el 9 de mayo de 1949. Fue un niño prodigio, el joven Terradas estudiará por libre; así, estudió Ciencias Físicas, Matemáticas e Ingeniería Industriales a la vez y, curiosamente, sus mejores notas eran para las asignaturas que cursaba de forma no oficial. Un claro reflejo de lo que sería su evolución profesional durante toda su vida se encuentra en los primeros "trabajos", ya que fue saltando de Cátedra durante muchos años, pues se presentaba a todas las convocatorias de Cátedras que consideraba interesante, y todas las conseguía. Con 22 años era ya físico y matemático, y el día 26 de junio de 1905, sorprendía a la Universidad al presentarse a dos Doctorados al mismo tiempo, que por supuesto aprobó con honores. En 1918, había realizado un estudio sobre la necesidad de los ferrocarriles secundarios para la Mancomunidad de Cataluña, sin embargo, no podía encargarse de dirigir el proyecto al no tener la titulación necesaria, por lo que en un año realizó la carrera de Ingeniero de Caminos y en sólo dos convocatorias (junio y septiembre del mismo año) fue desfilando con rapidez cinematográfica ante los diferentes tribunales, cuyos componentes no habían soñado nunca con semejante espectáculo, (explica Josep M. Torroja Miret Ingeniero de Caminos). El ferrocarril metropolitano transversal de Barcelona es otro más de los muchos proyectos en los que trabajó a lo largo de su vida tanto en España como en Hispanoamérica. Cabe destacar su importancia en la creación del INTA, Instituto Nacional Técnico Aeroespacial.
Por último transcribo la anécdota de la que fue testigo su mujer, poco después de su muerte y que contó como había recibido un pésame absolutamente original por la muerte de su marido.
Cierto día llegó a su casa Albert Einstein solicitando ser recibido, se le hizo pasar y Einstein, sin pronunciar palabra abrió un estuche que portaba y tocando un violín interpretó una triste melodía. Terminado el concierto saludó con una profunda inclinación y se fue. Einstein, de esta forma quiso expresar a la viuda sus sentimientos de amistad en aquel momento, era un homenaje de primera magnitud de una personalidad como él, hacia otra que había sabido comprenderle plenamente en sus andaduras por la relatividad. Tiene una explicación lógica y bien conocida; bastantes años atrás Albert Einstein vino a España para dar a conocer su famosa teoría de la relatividad, se dice que como consecuencia de sus conferencias, comentó Einstein que en España sólo había dos personas que habían comprendido su teoría: el jesuita Pérez del Pulgar y Esteban Torradas.